Fecha de actualitzación: Abril 2025
Hoy en día y gracias sobre todo a las nuevas tecnologías y a los estudios científicos continuos, nadie puede poner en entredicho la eficacia de las plantas medicinales.
Sin embargo, es importante saber que esta eficacia depende en gran parte de que la preparación y el uso sean correctos, dado que, para asegurar su eficacia es necesario extraer los principios activos en las mejores condiciones y es en las preparaciones domésticas donde podemos encontrar más problemas.
A título de ejemplo, consideramos la preparación de una simple infusión de té; si no la dejamos reposar el tiempo suficiente extraeremos sólo una parte de los principios activos y obtendremos una bebida que puede ser excitante pero si la dejamos el tiempo suficiente, liberará sustancias compensadoras y como resultado tendremos el brebaje tonificante y reparador al que tan aficionados son los ingleses y sin que esto les prive de su famosa “flema”, pero si la dejamos demasiado tiempo los taninos se disolverán y conferirán un sabor demasiado amargo a la infusión que, sin embargo, puede ser interesante en caso de dispesia.
Los ritos de preparación del té de los pueblos chino, indio y árabe no son arbitrarios sino que obedecen a la intención de procurar la máxima calidad en la extracción de los principios activos beneficiosos al tiempo que obtienen una agradable bebida.
Por esta razón, en el momento de dispensar una planta medicinal en cualquiera de sus formas, deberíamos informar al paciente de la mejor manera de prepararla y consumirla para asegurar el máximo beneficio y, en consecuencia, el éxito del tratamiento.
Por eso repasamos las diferentes formas de preparar y usar las plantas medicinales:
TISANAS – Infusión | TISANAS – Decocción | TISANAS – Maceración |
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